La policía de Colombia informó que la guerrilla de las FARC y grupos de BACRIM están trabajando en conjunto para extraer oro en el departamento del Chocó, en la Costa Pacífica. Una prueba más de la relación comercial de oro y de drogas que tienen estos dos grupos que alguna vez fueron enemigos acérrimos.
A raíz de acusaciones de las comunidades indígenas locales, la policía descubrió tres lugares en Chocó que son utilizados por estos grupos para extraer ilegalmente 15 kilos de oro al mes, con un valor en los mercados internacionales de más de US$500.000.
Según la Policía Nacional, uno de las cabecillas del Frente 34 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) Edison Tapias Maquilón, alias “Chaverra”, ha establecido una alianza de extracción de oro con miembros de los Urabeños. El director de la Policía Nacional, Rodolfo Palomino, dijo que el Frente 34 también está trabajando con los Rastrojos, bajo el liderazgo de Tapias, informó Caracol.
La policía estima que Tapias ha ganado US$3,4 millones en el comercio. También está acusado de extorsionar a los mineros artesanales que trabajan en la región.
Los funcionarios expresaron su preocupación por el daño que causan los grupos ilegales a las fuentes de agua por el uso de cianuro y mercurio en el proceso minero.
Análisis del InSight Crime
Se cree que para los grupos ilegales, el oro se ha convertido en una fuente de ingresos mayor que la cocaína en ocho de los departamentos del país, incluyendo Chocó, rico en recursos.
Las FARC en particular, desde hace algún tiempo cobran honorarios a los mineros locales que puedan trabajar en zonas que ellos controlan, y cada vez más han aumentado su control en el proceso de extracción en sí. Los Urabeños también son conocidos por controlar operaciones ilegales de extracción de oro, tanto en el noroeste como en el noreste del departamento de Antioquia, que limita con el Chocó, algunas de las cuales presuntamente compraron a los Rastrojos. Utilizan métodos extremadamente tóxicos y peligrosos en el proceso de extracción, y controlan todo, desde la compra de productos químicos hasta la venta del oro.
El Chocó se ha convertido en el enclave principal del Frente 34 de las Farc, y tres de las llamadas “BACRIM” (bandas criminales) también operan en la región, incluyendo a los Urabeños y a los Rastrojos. No ha habido informes de conflictos entre las FARC y estos grupos, lo que indica que han respetado la división del territorio en la región. Sin embargo, este caso sugiere con escasos detalles que actualmente el Frente 34 ha desarrollado una relación de trabajo directa con las BACRIM para controlar el comercio de oro en la región.
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Las BACRIM y las FARC mantienen una relación de negocios en el narcotráfico, que se ha evidenciado en algunos departamentos, incluyendo a las importantes regiones mineras de oro de Chocó y Antioquia. Las FARC venden base de coca a las BACRIM, pero esta relación también ha evolucionado con el tiempo. El desarrollo de los lazos en el oro es, tal vez, el siguiente paso lógico.