Un grupo delictivo en Colombia está convirtiendo el dinero sucio en oro adulterado, en la última adición a una larga lista de esquemas de lavado que utilizan el metal precioso.

Las Autodefensas Gaitanistas, también conocidas como los Urabeños, se han vinculado a empresas fachada que compran oro de Europa, según informó El Heraldo. El oro sería adulterado con otros metales hasta el punto en que rinde el doble de peso, según una fuente judicial anónima que habló del esquema.

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El oro adulterado se vende bajo la apariencia de que fue extraído en Colombia, o se forma en joyería a nivel local, con posibles compradores que desconocen la procedencia del mismo.

Aunque las ventas de oro sirven principalmente para lavar dinero del narcotráfico, el oro adulterado ha demostrado ser rentable por sí solo. Al crear las aleaciones, el grupo delictivo gana «el doble del precio», dijo la fuente.

Análisis de InSight Crime

Aunque el oro sucio se ha convertido en los últimos años en un método frecuente para blanquear el dinero de la droga, los traficantes ya se habían abierto camino con este metal desde los días de Pablo Escobar.

En la década de 1980, las barras de oro se compraban con dinero de la droga, se fundieron y luego se hicieron pasar por producción local.

Uno de los ejemplos más sobresalientes de esta táctica se dio cuando el Cartel de Cali compraba hasta una tonelada de lingotes de oro en Italia, los cuales luego eran enviados a Panamá, donde se vendían, y el dinero llegaba a manos del cartel en Colombia.

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Tanto oro se compraba en Italia con dinero de la droga que amenazaba con desestabilizar los precios allí, dijo un oficial de la policía italiana en 1994.

En la década de los años 2000, Salvatore Mancuso, comandante del grupo paramilitar Unidas de Colombia (AUC), blanqueó las ganancias de cocaína a través del oro comprado en Panamá. El oro fue luego introducido de contrabando en Colombia, fundido, y pasó a los alcaldes de la ciudad que lo vendieron al Estado como si fuera extraído localmente.

A raíz de esto, en Colombia se crearon medidas de control para rastrear el oro vendido y comprobar que es producto del trabajo de un minero en el país. Una de ellas es el Registro Único de Comercializadores de Minerales (RUCOM), que integra listas de personas habilitadas para comprar y vender oro en Colombia.

Sin embargo, en el país se sigue utilizando el envío de oro comprado en el exterior como vehículo para lavar dinero. Como lo explica el informe de debida diligencia en la cadena de suministros de oro colombiana 2017, realizada por la OCDE, el oro entra a departamentos como Chocó, donde se hace pasar como producción regional, utilizando mineros fachada o por medio de documentos falsificados.

El negocio es tan lucrativo, que los narcotraficantes incentivan la extracción de oro ilegal en Colombia comprando maquinaria y creando nuevas minas, lo que requiere una compleja logística; o también les compran oro a los mineros ilegales a un menor precio, para luego lavarlo a través de los permisos de mineros formales y venderlo en el mercado legal.

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