La destrucción de un enorme complejo de producción de cocaína en Colombia es una clara señal de que el narcotráfico sigue teniendo fuerza en el sur del país, una lucrativa zona para los criminales que podría plantear una serie de amenazas durante la inminente era del “posconflicto”.

Las autoridades destruyeron 27 edificaciones dedicadas a la producción de base de coca y cocaína en el Putumayo, al sur del país, según un comunicado de prensa de la policía. Los laboratorios de cocaína en los campos colombianos suelen ser construcciones rudimentarias cubiertas con plásticos y equipadas con maquinaria de baja tecnología.

Los laboratorios fueron descubiertos cerca de la frontera con Ecuador durante una operación conjunta que se extendió por cinco días entre la policía colombiana, las fuerzas militares y la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA por sus iniciales en inglés). Estos laboratorios producían en total entre 48 y 50 toneladas de drogas al año.

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Durante la operación, las autoridades incautaron 616 kilos de cocaína, alrededor de 1 tonelada métrica de base de coca y casi 60.600 litros de precursores químicos, que se vierten en los ríos cercanos durante el proceso de producción.

El complejo era presuntamente propiedad de La Constru, una organización criminal conformada por exparamilitares y criminales locales. Según el informe policial, la cocaína era transportada de Putumayo a Brasil y luego a África, o a Centroamérica a través de la costa Pacífica.

Análisis de InSight Crime

Putumayo es uno de los departamentos más productoros de coca en Colombia, y La Constru ha estado involucrada en el tráfico de estupefacientes en la zona durante bastante tiempo. Se cree que esta red criminal trabaja directamente con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), las cuales venden la base coca de La Constru y le proporcionan protección a sus operaciones. El grupo guerrillero se queda con la mayor parte de las ganancias y contrata a La Constru para llevar a cabo asesinatos y ataques.

Sin embargo, este último informe de la policía señala que hace un año La Constru se alió con Los Urabeños —la más poderosa organización de narcotráfico en el país— y les está vendiendo cocaína con el fin de acceder a nuevas rutas de tráfico.

No está claro lo que esta nueva alianza implica para la relación de La Constru con Las FARC. Aunque un informe de la Defensoría del Pueblo de marzo de 2016 consultado por InSight Crime, indica que todavía existe una alianza entre La Constru y el Frente 48 de Las FARC, es posible que La Constru haya hecho un cambio en sus alianzas, dado que la guerrilla está a punto de llegar a un acuerdo de desmovilización con el gobierno colombiano.

Las FARC controlan gran parte del narcotráfico en el país y han estado participando en negociaciones de paz desde 2012. A medida que el proceso de paz avanza, han surgido temores de que se presente un vacío de poder criminal una vez la guerrilla entregue sus armas.

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Teniendo en cuenta estas condiciones, el “posconflicto” en el Putumayo puede desarrollarse de diversas maneras. Las enormes ganancias que genera el tráfico de cocaína en esta región del sur del país aumentan el riesgo de que las unidades locales de Las FARC ignoren los eventuales llamados a desarmarse y continúen realizando sus operaciones. Y sería difícil evitar que lo hagan: la presencia militar de Los Urabeños en Putumayo es demasiado débil para enfrentar a Las FARC, o para defender a La Constru de cualquier represalia de la guerrilla contra esta nueva alianza.

Sin embargo, en caso de que Las FARC en el Putumayo decidan desmovilizarse en lugar de continuar en sus actividades criminales, La Constru está bien preparada para aprovechar el vacío que dejarían los insurgentes.

De hecho, ya se está presentando un inevitable cambio en la dinámica criminal en todo el territorio colombiano. Si bien las alianzas entre los actores armados contribuyen a que el negocio de la droga opere relativamente en calma, se están produciendo violentos enfrentamientos entre varios grupos rivales por el control de los territorios de Las FARC.

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