Un ataque de hombres armados en una aldea indígena en Guatemala ha dejado 11 muertos y 17 heridos, con la naturaleza sistemática del ataque sugiriendo la participación del crimen organizado.
La matanza tuvo lugar en una cantina recientemente abierta en San José Nacahuil, una aldea montañosa a unas 11 millas a las afueras de Ciudad de Guatemala, en la noche del 7 de septiembre, informó Prensa Libre.
Hombres con pasamontañas llegaron justo antes de las 11 pm y abrieron fuego al interior de la tienda, en la calle, y en un segundo bar cercano, propiedad del mismo empresario, antes de huir en un coche robado, informó La Prensa Gráfica.
Los residentes de la aldea culpan a los policías corruptos, diciendo que antes del ataque, el dueño del bar había sido visitado por oficiales que habían exigido un soborno, informó la Associated Press. Ante su negativa, la policía le dijo que dejara de vender bebidas alcohólicas a menores de edad y que los sacara del bar. La policía luego abandó el lugar para volver después de la masacre.
Pero el ministro del Interior, Mauricio López Bonilla, dijo que un auto de la policía había visitado el bar después de recibir una llamada anónima avisando que era inminente un ataque. López Bonilla culpó a las pandillas callejeras debido al “modus operandi empleado”.
Tres grupos de maras operan en la zona, dijo.
Análisis de InSight Crime
Los cuerpos de ocho de los nueve muertos fueron encontrados en cinco habitaciones diferentes en el primer bar, según un diagrama de la escena del crimen publicado por Prensa Libre (vea más abajo) -lo que significa que los atacantes fueron llevados a cabode manera metódica a través del edificio-. Tal enfoque sistemático sugiere que un grupo criminal bien organizado, con cierta formación y experiencia, estuvo detrás del ataque.

Hasta que no aparezcan más detalles sólo es posible especular sobre los motivos. El portavoz de la policía regional Jorge Aguilar sugirió que el ataque fue una venganza por parte de los pandilleros contra el dueño del bar por negarse a venderles alcohol. Pero los locales insistieron que la policía tuvo algo que ver con eso.
La Policía Nacional de Guatemala tiene una larga historia de corrupción grave, y la aldea ha tenido una relación difícil con la policía desde hace mucho tiempo. La Associated Press dice que los residentes quemaron la estación de policía local hace varios años después de que acusaron falsamente a los residentes de secuestro, y desde entonces no se han ubicado a oficiales en la aldea.