Las cifras del gobierno indican una reducción importante en la tasa de homicidios de El Salvador este año, pero el conflicto entre las pandillas y las fuerzas de seguridad parece intensificarse.
Los datos de la Policía Nacional de El Salvador muestran que hubo 4.585 homicidios en El Salvador entre enero y octubre de 2016, según El Faro. Esto representa una reducción de 18 por ciento en comparación con los primeros 10 meses de 2015, el más cruento del siglo XXI en este país.
Las autoridades dicen que la cifra de homicidios debe alcanzar unos 5.300 para 2016, en ausencia de un evento importante o inusual en noviembre o diciembre. Esto posicionaría la tasa nacional de homicidios en cerca de 80 por 100.000 habitantes, una reducción de casi 20 por ciento en comparación con los 103 homicidios por 100.000 habitantes del año anterior.
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Pero la tasa de homicidios de 2016 seguirá siendo extremadamente alta, y quizás la más de cualquier país del mundo sin guerra declarada. En comparación, se espera que la vecina Honduras registre una tasa de homicidios de 58 por 100.000 habitantes.
Comentando sobre estas cifras, el vicepresidente Óscar Ortiz elogió la dureza de las políticas de seguridad del gobierno, diciendo que “las medidas extraordinarias […] han asestado varios golpes a las estructuras criminales”, en referencia a una serie de medidas de policía y penitenciarias implementadas este año por el gobierno en un intento de enfrentar las poderosas pandillas callejeras del país.
Análisis de InSight Crime
Aunque la tasa de homicidios indica una disminución estadística en la violencia, El Salvador sigue sufriendo del conflicto permanente de baja intensidad entre las fuerzas de seguridad y las pandillas, en particular la MS-13 y las dos facciones de Barrio 18. De hecho, hay señales de que el conflicto se ha intensificado.
Un reciente informe de inteligencia de la policía señaló que las pandillas se han puesto como objetivo miembros de las fuerzas de seguridad en lo que parece un esfuerzo conjunto de los grupos rivales. Esto, junto los temores de que la MS-13 intentara crear y desplegar un cuerpo élite con el objetivo de atacar instituciones públicas y privadas a comienzos de este año, indicaría que tanto las pandillas como las fuerzas de seguridad están realizando campañas cada vez más coordinadas contra el otro bando.
El ministro de seguridad y de justicia de El Salvador, Mauricio Ramírez Landaverde, dijo a La Prensa Gráfica que las autoridades aún tienen que corroborar el informe de inteligencia de la policía donde se detalla “la guerra [de las pandillas] contra el sistema”. Sin embargo, seis agentes de la policía y un soldado cayeron muertos solo en los primeros nueve días de noviembre, una dolorosa indicación de que las pandillas si están intensificando sus ataques contra las fuerzas de seguridad.