La reiterada aparición de grupos de “imitadores” en Guatemala que fingen ser miembros de pandillas y exigen pagos a sus víctimas muestra cómo los criminales aprovechan la masificación de las extorsiones en este país y el efecto que producen las pandillas.

En un operativo antiextorsión llevado a cabo el 8 de Agosto por la Policía Nacional Civil y la fiscalía de Guatemala fueron capturadas 30 personas presuntamente involucradas en extorsiones a cinco ciudadanos, cuatro empresas de transporte y un comerciante, informó Nómada.

Las aprehensiones ocurrieron tras 36 allanamientos en siete departamentos del país. Autoridades aseguran que el grupo criminal extorsionaba a sus víctimas desde 2016, tiempo durante el cual se apropiaron más de 655.000 quetzales (US$87.442).

De acuerdo a las investigaciones del Ministerio Público, los “imitadores” llamaban a las víctimas y aseguraban pertenecer a pandillas para intimidarlas. Seguidamente exigían cantidades de dinero a ser cobradas como depósitos bancarios, entre otras formas de pago.

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La fiscal contra el delito de extorsión, Nelly Morataya, dijo que el accionar de estos grupos se diferencia al de las pandillas porque no siempre tienen contacto físico con las víctimas, ya que consiguen los números telefónicos a través de guías telefónicas. En otros casos, los “imitadores” alegan ante sus víctimas ser sicarios contratados para matarlos, y piden dinero para no llevarlos a cabo.

Análisis de InSight Crime

La incapacidad de las autoridades guatemaltecas para combatir las extorsiones, sumado a la masificación de este flagelo, dan la oportunidad a grupos de terceros o “imitadores” de usar el temor causado por las pandillas y así llevar a cabo extorsiones.

En los últimos años, estas redes de extorsión conformadas por “imitadores” han incrementado su presencia en Guatemala y con ello ha subido la cantidad de denuncias recibidas. Durante el primer semestre de 2018, las denuncias de extorsión aumentaron 17 por ciento en comparación con el mismo periodo de 2017, según datos del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN). Sin embargo, muchos de los casos no son reportados.

Según el Grupo de Apoyo Mutuo (GAM), se registra una media de 22 denuncias diarias, mientras que las sentencias por esa causa no alcanza una diaria.

Carmen Rosa de León Escribano, investigadora del Instituto de Enseñanza para el Desarrollo Sostenible (Iepades), explicó en una entrevista radial que el 20 por ciento de las llamadas de extorsión son realizadas por miembros de las maras, mientras que el resto son “imitadores”, reos o incluso personas cercanas que buscan conseguir dinero fácil.

Sin embargo, el trabajo de campo de InSight Crime y las entrevistas con expertos sugieren que el porcentaje de las llamadas de extorsión en manos de grupos de imitadores varian enormemente, desde 25 hasta 90 por ciento.

Por otra parte, el ministro de Interior de Guatemala, Enrique Degenhart, ha reconocido que las autoridades no han sido capaces de corregir el fenómeno delictivo de las extorsiones, en momentos en que las denuncias por el crimen continúan en aumento y las pandillas adoptan nuevos métodos.