Las importaciones de armas en México aumentaron un 331 por ciento en los últimos cinco años, en comparación con el período 2006-2010, lo cual genera preocupación sobre la renuencia del gobierno para reducir la militarización de la guerra contra las drogas.
El informe (pdf), elaborado por Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI), señala que las importaciones de armas en el continente americano disminuyeron 6 por ciento entre 2011 y 2015, contrario a lo ocurrido entre 2006 y 2010. A pesar de ello, México, Venezuela y Brasil tuvieron un aumento en las importaciones.
Según SIPRI, las importaciones de armas a México incluyen “una variedad de aviones de transporte, aviones de patrulla marítima, aeronaves de ataque a tierra, helicópteros armados, barcos de patrulla y vehículos blindados ligeros”.
Estados Unidos aporta el mayor porcentaje de las exportaciones a México, “[lo que] representa el 52 por ciento de los envíos a México entre 2011 y 2015 (en muchos casos como ayuda militar), seguido por España con el 19 por ciento y Francia con el 10 por ciento”.
Como otro punto de comparación, las importaciones de armas a Irak aumentaron 86 por ciento en el mismo período.
En general, las transferencias de armas a nivel internacional aumentaron un 14 por ciento entre 2011 y 2015, en comparación con el período 2006-2010, según señala el informe.
Análisis de InSight Crime
El enorme aumento del 331 por ciento en las importaciones de armas desde 2011 no refleja la promesa inicial del presidente Enrique Peña Nieto durante su campaña, de asumir un enfoque diferente con respecto al conflicto mexicano. De hecho, es cuestionable qué tan necesario era dicho aumento, dado que la violencia comenzó a estabilizarse en 2012, a finales del mandato presidencial de Felipe Calderón. Los funcionarios estadounidenses han señalado que en el año 2014 México invirtió más de mil millones de dólares en equipo militar mediante el programa estadounidense de Ventas Militares al Extranjero (FMS por sus iniciales en inglés), un aumento de 100 veces con respecto a los años anteriores.
VEA TAMBIÉN: Cobertura sobre México
El temor que genera la militarización es que las fuerzas de seguridad mexicanas obtengan registros diversos en cuanto a la lucha contra el crimen organizado, dado que hay abundantes reportes de abusos y torturas. Los detractores de la medida dicen que continuar gastando cientos de millones de dólares en armas para estas agencias de seguridad no es la mejor manera de invertir los recursos, y con ello no se abordan los problemas sociales que permiten el surgimiento del crimen.
Además de ser el socio comercial más grande de México en cuanto a equipo militar, Estados Unidos también es una de las principales fuentes del tráfico ilegal de armas pequeñas. Según un informe de la Procuraduría General de México, más del 70 por ciento de las armas que fueron incautadas e investigadas entre septiembre de 2014 y julio de 2015 provenían de Estados Unidos.