Un incremento en los intentos de robo de armas de cuarteles militares en Uruguay en 2016, ha generado un debate en torno a la naturaleza de los responsables y se ha vuelto a llamar la atención sobre el papel del país como fuente de suministro de armas para traficantes regionales.

Durante una reunión de la comisión de seguridad del Senado uruguayo el pasado 26 de Abril, el Senador Javier García dijo que en lo que va del año 2016, han ocurrido 32 intentos de ingreso a cuarteles militares y robo de armas. En 11 de estos hubo disparos, informó El País.

En una ocasión en enero, un grupo de hombres ingresaron a una base de infantería y robaron dos fusiles de asalto. Un intento de robo en febrero dejó un soldado herido, el cual recibió un disparo mientras intentaba confrontar al ladrón. Al ladrón le habrían ofrecido 10.000 pesos uruguayos (alrededor de US$312) para que robara el rifle para un hombre en Montevideo, quien pretendía venderlo en la frontera.

García sospecha que los intentos de asalto estaban ligados al crimen organizado y a redes que trafican armas al extranjero. Afirmó también que algunos soldados reportaron haber sido extorsionados para hurtar municiones para armas robadas.

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Sin embargo, el Ministro del Interior de Uruguay, Eduardo Bonomi, difiere con las cifras de García y dice que solo hay evidencia de 11 intentos de robo de armas en 2016 y que estos son casos aislados que no están vinculados con algún grupo de crimen organizado.

El Senador Ernesto Agazzi se mostró de acuerdo con estas declaraciones al decir que las características de los intentos de hurto sugieren que son obra de criminales individuales y no de una red criminal coherente.

Agazzi señaló varias posibles explicaciones para este incremento en intentos de robo de armamento, incluyendo los estrictos controles de armas y el aumento en la incautación de ellas, las cuales ha generado escasez en el mercado negro y han aumentado la demanda.

Análisis de InSight Crime

Uruguay es una conocida fuente de armas ilegales para las organizaciones criminales de la región, ya que en el pasado han ocurrido varios robos de armas y municiones de depósitos militares.

Anteriormente, Brasil ha sido el principal destino de las armas robadas, donde estas ayudan a armar a poderosas organizaciones criminales como el Comando Vermelho. En varias ocasiones, los mismos elementos corruptos de las fuerzas de seguridad de Uruguay han estado implicados en el contrabando de armas hacia Brasil o en la venta a grupos criminales brasileños.

La cadena de intentos de asalto de bases militares que ocurrieron este año indican que los depósitos de armas en Uruguay siguen siendo un blanco tentador para los traficantes de armas y que el problema en realidad está empeorando.

Como sugiere el Senador Agazzi, esto podría deberse a los incentivos financieros para los ladrones, ya que la escasez de armas ilegales incrementa los precios de las mismas. Sin embargo, el Jefe de Policía de Montevideo, Mario Layera, ofrece una explicación más siniestra. Recientemente Layera afirmó que los criminales locales están evolucionando y haciéndose más violentos gracias a lo que aprenden de criminales extranjeros encarcelados en las prisiones de Uruguay. Debido a eso, advirtió sobre ataques contra la policía y soldados ya que los criminales buscan robar armas para incrementar su poder armamentista y su capacidad de violencia.

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