Los combates entre la guerrilla y los narcoparamilitares han desplazado a miles de personas en el occidente de Colombia, con duros combates que pueden ser eco de batallas del pasado de Colombia, motivadas políticamente, pero probablemente arraigadas en las dinámicas criminales actuales.

Más de 2.600 personas de 27 comunidades indígenas en la región del Chocó, en la Costa Pacífica, han huido de sus hogares para escapar de los combates entre la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el grupo narcoparamilitar los Urabeños, según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés).

Según un informe de la Defensoría del Pueblo Regional Chocó, el ELN había mantenido anteriormente una alianza estratégica con los narcoparamilitares de la región, quienes controlaban la zona y sus rutas de la droga, en nombre de los Rastrojos. Sin embargo, la lucha estalló a finales de 2013 después de que el grupo se aliara con los Urabeños.

Análisis de InSight Crime

Aunque los informes sobre fuertes enfrentamientos entre la guerrilla y grupos paramilitares, que obligan a miles de personas a dejar sus hogares, evocan el pico del conflicto colombiano, es muy probable que los combates actuales estén motivados por objetivos criminales, y no por objetivos políticos.

La parte de Chocó que se encuentra en disputa es un importante centro de actividades criminales, que integra rutas de la droga en la Costa Pacífica, cultivos de coca y minería ilegal. Desde la desmovilización del paramilitarismo, la cual concluyó en 2006, gran parte de la actividad criminal de esta región ha sido controlada por el grupo paramilitar sucesor Renacer.

Durante un tiempo, se creyó que Renacer hacía parte de la red de los Rastrojos. Sin embargo, en 2013 la policía informó que se habían aliado con los Urabeños, y que ambos grupos estaban luchando contra los que quedaba de los Rastrojos –los cuales estaban colapsando rápidamente desde la pérdida de su liderazgo en 2012.

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Es probable que esta nueva alianza haya sido lo que los hizo entrar en conflicto con el ELN. El segundo ejército guerrillero más grande de Colombia ha mantenido desde hace varios años una alianza estratégica con los Rastrojos, una relación que abrió el camino a una nueva era de cooperación entre la guerrilla y los grupos con raíces en la contrainsurgencia paramilitar.

La alianza, y otras como ésta, está basada en intereses criminales compartidos y no en ideologías. Del mismo modo, este último estallido de combates probablemente está basado en una competencia sobre intereses criminales con la nueva alianza Renacer-Urabeños, en lugar de alguna disputa política.

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7 respuestas a “Nueva lucha entre guerrilla y paramilitares desplaza a miles en Colombia”