La policía venezolana ha dado de baja a un exparamilitar colombiano acusado de cometer asesinatos y traficar drogas en la frontera colombo-venezolana, un hecho que el gobierno de Maduro podría utilizar como justificación para mantener cerrada la frontera.
El Tiempo informó que Walter Raúl Silva, alias “Carevieja”, fue abatido el 16 de enero por el Servicio de Investigación de la policía de Venezuela y funcionarios de inteligencia militar. Al parecer fue asesinado en el estado fronterizo de Táchira.
A través de Twitter, el gobernador de Táchira se refirió a Carevieja como el líder de una facción local del grupo criminal colombiano Los Rastrojos. Tanto Los Rastrojos, grupo criminal rival de Los Urabeños, como una facción disidente de estos últimos, se dedican a actividades delictivas, como el contrabando y el narcotráfico, a lo largo de la frontera entre Colombia y Venezuela.
Carevieja era requerido por cargos de extorsión, homicidio y narcotráfico, según escribió en Twitter el gobernador de Táchira. Según El Tiempo, Carevieja lideraba un grupo de 48 hombres armados y había logrado apoderarse de la mayor parte del territorio que alguna vez estuvo controlado por un comandante rival de Los Urabeños.

Walter Raúl Silva, alias “Carevieja”
Análisis de InSight Crime
Es significativo que Carevieja haya sido dado de baja durante una operación liderada por el Servicio de Investigaciones de la policía de Venezuela. Durante una investigación de campo en la región fronteriza colombo-venezolana a finales de 2015, InSight Crime descubrió que muchas de las organizaciones criminales colombianas se sienten más seguras en el lado venezolano de la frontera. Ello es quizá gracias a sus contactos dentro de la corrupta Guardia Nacional Bolivariana de Venezuela.
Venezuela cerró su frontera con Colombia en agosto de 2015, debido a temores relacionados con el contrabando y los grupos criminales violentos. Si bien se han hecho algunas excepciones para ciertos cruces de la frontera, el presidente Nicolás Maduro dijo la semana pasada ante el Congreso que la frontera permanecerá cerrada indefinidamente, hasta tanto no se restablezca el imperio de la ley en la región. Maduro culpó a “mil demonios” provenientes de Colombia, así como a “paramilitares” venezolanos, por la violencia y la delincuencia en la zona, informó AFP.
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La continua presencia de grupos criminales como el liderado por Carevieja puede utilizarse como justificación adicional para mantener cerrada la frontera entre Venezuela y Colombia. Cabe preguntarse si ello les ayudará a ambos países a abordar mejor el problema de la criminalidad a lo largo de la frontera, pues es dudoso que el cierre de fronteras realmente afecte el contrabando en el largo plazo. Cuando InSight Crime terminó su investigación de campo en la zona a finales de 2015, parecía que el contrabando entre Venezuela y Colombia se había desplazado de los cruces fronterizos cerrados. Dos de los principales pasos fronterizos para el contrabando —el puente entre la ciudad de Cúcuta, Colombia, y la ciudad de San Cristóbal, Venezuela, y otro puente en el municipio colombiano de Puerto Santander— al parecer se han visto afectados por el cierre de la frontera. Sin embargo, los contrabandistas se han trasladado a puntos más remotos para continuar sus operaciones de contrabando.