El procurador general de Colombia afirmó que el reblandecimiento en la erradicación de sembrados de coca en el país ha beneficiado a las organizaciones neoparamilitares conocidas como Bacrim, lo que plantea la pregunta de si estos grupos serán los grandes ganadores en el evento de un acuerdo de paz con las guerrillas de izquierda.

El procurador general de la nación Alejandro Ordóñez Maldonado señaló que las redes paramilitares criminalizadas, conocidas como Bacrim (acrónimo de “bandas criminales”), junto con el grupo insurgente Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), han sido los más beneficiados con la decisión que tomó el gobierno en mayo de 2015 de prohibir la aspersión aérea de glifosato sobre los cultivos de coca, indicó El Espectador.

“Hay una gran falacia al afirmar que [el gobierno] se están combatiendo las bandas criminales”, indicó Ordóñez. “Las bandas criminales al igual que las FARC han sido los primeros beneficiarios de una política pública del gobierno como lo fue el desmonte de la guerra contra los cultivos ilícitos”.

Ordóñez afirmó que las nuevas políticas antidrogas han dado “más dinero para quienes cultivan y procesan [cultivos de coca] como las FARC y las bandas criminales. Eso impacta la seguridad de la ciudadanía y les da [a las FARC y a las BACRIM] un fortalecimiento económico y territorial”.

Análisis de InSight Crime

Ordóñez ha sido por largo tiempo un crítico acérrimo de las políticas del gobierno en lo referente a la coca, y es también un importante opositor a su proceso de paz con las FARC. Pero sus comentarios son en cierto modo sorprendentes, dada la presión sostenida que las fuerzas de seguridad colombianas han impuesto sobre las Bacrim, en especial sobre Los Urabeños, ampliamente reconocidos como la organización criminal más poderosa del país.

Desde comienzos de 2015, Colombia ha desplegado dos ofensivas de seguridad: la Operación Agamenón, en febrero de 2015, y el Bloque de  Búsqueda, en marzo de 2016, con el objetivo de desmontar los Urabeños, así como otras estructuras del crimen organizado, y capturar a sus cabecillas. Aunque el gran cabecilla de los Urabeños, Dairo Antonio Úsuga, alias “Otoniel”, sigue en libertad, varios importantes jefes han sido capturados, incluidos dos en la última semana: Édgar Antonio Gutiérrez, alias “Tomás“, y Fernely Guevara Pérez, alias “Manuel“.

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Más aún, el reciente aumento en los cultivos de coca en el país puede haber fortalecido económica y territorialmente más a los grupos guerrilleros que a las Bacrim, pues son los insurgentes quienes supervisan la mayoría de los cultivos de coca en el país.

No obstante, un acuerdo de paz entre el gobierno y las FARC daría una oportunidad de oro a las Bacrim para acentuar su participación en el negocio de la droga y remontar eslabones en la cadena del tráfico hacia la producción.

Como lo había documentado InSight Crime, es probable que algunos elementos de las FARC busquen mantener las actividades ilícitas en lugar de desmovilizarse. Estos reductos de las FARC bien podrían unirse a las BACRIM, llevándose sus contactos y experiencia criminal en el proceso. También hay indicaciones ya de que los Urabeños se están trasladando a territorios controlados por las FARC a medida que se acerca la posibilidad de una desmovilización guerrillera, en lo que puede ser un presagio de cómo mutará el panorama criminal en Colombia después de un acuerdo de paz. 

3 respuestas a “Política antidroga en Colombia favorece a BACRIM: procurador”