Un grupo criminal transnacional casi logra un histórico robo cibernético de uno de los bancos más grandes de Colombia, lo cual indica que incluso los más avanzados sistemas de seguridad cibernética pueden ser violados por la que pronto se podría convertir en la forma más común de delincuencia en la región.
Un total de 17 piratas hackers fueron detenidos por la Dirección de Investigación Criminal e Interpol de Colombia (DIJIN) por intentar robar en enero aproximadamente US$70 millones del gigante banco Bancolombia, informó El Tiempo.
“Hubiera sido el robo del siglo”, afirmó un representante de la DIJIN al referirse a la fallida operación criminal, informó El Espectador.
Un hombre identificado como Faber Restrepo es considerado el jefe de la red. Al parecer, Restrepo utilizó su trabajo como consultor de Bancolombia para robar contraseñas de seguridad del banco y hacer transferencias de dinero ilícito a 356 cuentas, según El Espectador. El grupo sólo pudo transferir US$3 millones antes de que el banco se diera cuenta de lo ocurrido y detuviera la operación.
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Un ciudadano español se encuentra entre los 17 detenidos, aunque las autoridades al parecer esperan detener hasta 70 sospechosos involucrados en el atentado, incluyendo dos venezolanos.
Análisis de InSight Crime
Este habría sido un gran golpe pero no el más sofisticado. El éxito de la operación criminal parecía depender del hecho de contar con alguien al interior del banco.
Este es más que un tipo de delito cibernético. Una amenaza igualmente desalentadora proviene de individuos o grupos pequeños de hackers que roban información ingresando a los sistemas del gobierno o de entidades privadas para luego vender esa información en el mercado negro. Las grandes organizaciones criminales también podrían contratar a los hackers para violar los sistemas de seguridad cibernética, pero, contrario a lo que muestra Hollywood (como en Swordfish; ver el video), donde delincuentes violentos y hackers se unen en una única fuerza aterradora, no hay pruebas concretas de que tales grupos existan en la vida real.

Aunque aún es demasiado pronto para predecir cómo se desarrollará la batalla entre crimen cibernético y seguridad cibernética, el señuelo de vastas sumas de dinero a través de la piratería en línea parece ser la próxima meta del crimen organizado.
Los delitos cibernéticos ya le cuestan a la economía colombiana cientos de millones de dólares cada año, y este número va en aumento dado que las políticas gubernamentales son lentas para responder a la cambiante naturaleza de la delincuencia y la seguridad. La Organización de los Estados Americanos (OEA) sugiere (pdf) que una forma en la que los gobiernos pueden adaptarse a esta nueva amenaza de seguridad es mediante la creación de una fiscalía especializada en investigar delitos cibernéticos, que actualmente no existe en Colombia.