Un estudio reciente ha encontrado que la tasa de homicidios por armas de fuego en Guatemala es casi el doble del promedio mundial, con la violencia alimentada por la gran cantidad de armas ilegales que circulan en el país.
Un nuevo informe publicado por el Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN) encontró que la tasa de homicidios relacionados con armas de fuego en Guatemala durante la última década fue del 82 por ciento. Esto es casi el doble del promedio mundial, del 42 por ciento, e incluso está por encima del relativamente alto promedio de Centroamérica del 70 por ciento.
Según el informe, la agencia de control de armas de Guatemala registró un total de 465.146 armas de fuego legales, a mediados de octubre. De ellas, aproximadamente el 65 por ciento están registradas por individuos, para un promedio nacional de alrededor de 4 armas registradas por cada 100 personas. No obstante, las autoridades estiman que el número real de armas de fuego en el país es mucho mayor debido a la gran cantidad de armas ilegales. En los últimos cinco años, la Policía Nacional ha incautado un promedio de cerca de 4.900 armas de fuego cada año, de las cuales casi el 86 por ciento eran ilegales.
Las armas de fuego ilegales son responsables de 245.000 homicidios anuales en todo el mundo, según estimaciones de Interpol.
Análisis de InSight Crime
El estudio resalta no sólo los altísimos índices de criminalidad por armas en Guatemala, sino también uno de los principales obstáculos para controlarlos –las armas ilegales. La relación entre las leyes de control de armas y las tasas de homicidio está lejos de ser sencilla, sin embargo, lo que es claro al examinar los países en una situación similar, como Venezuela, es que las leyes harán poca diferencia si no se reduce la disponibilidad generalizada de armas ilegales.
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Se estima que hay 800.000 armas no registradas en Guatemala. Muchas son sobras de las reservas militares que cayeron en manos de bandas criminales después del final de la guerra civil, mientras que otras son contrabandeadas en el país, a menudo desde Honduras, donde las leyes de armas son aún más laxas.
El gobierno ha tomado medidas para enfrentar el problema, introduciendo medidas para combatir el uso ilegal de armas, y colaborando con la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF) de Estados Unidos -otra fuente importante de armas traficadas en el país centroamericano-. No obstante, estos esfuerzos están muy lejos de lo que se requiere para que Guatemala esté en línea con otros países, en lo que respecta a las muertes por armas de fuego.