Criminales atacaron a un fiscal que investiga redes de policías corruptos, una señal de la mayor temeridad de los actores criminales en Argentina, pero también evidencia de un posible impacto de la nueva ofensiva del gobierno sobre el crimen organizado.
Fernando Cartasegna, fiscal de Buenos Aires, fue asaltado en su oficina, atado a una silla y golpeado por un atacante en la tarde del 3 de mayo, informó El Clarín. Antes de irse, el atacante escribió la palabra “Nisman” con azúcar en el piso.
El mensaje hacía referencia a Alberto Nisman, el juez hallado muerto en enero de 2015 después de estar trabajando en el caso del bombardeo de 1994 contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), dirigido contra la comunidad judía en la capital de Argentina. Fue hallado muerto de un tiro un día antes de comparecer en el congreso y poco después de acusar en público a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de encubrir elementos del ataque. La muerte del fiscal desató la controversia en amplios sectores y hay una investigación abierta sobre las circunstancias de su muerte.
Cartasegna se ocupa de una investigación por sospechas de corrupción a agentes de policía y abogados de la provincia de Buenos Aires, a quienes se acusa de manipular indemnizaciones por accidentes de tránsito. La investigación hace parte de una pesquisa mucho más amplia sobre corrupción en la policía de Buenos Aires, donde se ha acusado a los agentes de otras actividades criminales, incluyendo prostitución, narcotráfico y extorsión.
No es el primer ataque que sufre Cartasegna —pocos días antes fue asaltado en su oficina por dos hombres y una mujer vestidos con uniformes de policía ya sacados de circulación, quienes abordaron al fiscal a la salida de los juzgados de la ciudad y presuntamente amenazaron con asesinarlo si seguía hurgando en el caso de extorsiones por parte de la policía. Los agresores golpearon a Cartasegna en la cabeza con una vieja cachiporra de la policía, informó El Clarín. Dejaron avisos con su foto y la de Nisman en el edificio de juzgados con la frase “Conozca al próximo Nisman”.

Panfleto donde se amenaza a Cartasegna (abajo) con correr la misma suerte de Nisman, Cortesía de Clarín
Análisis de InSight Crime
Los ataques contra Cartasegna deben considerarse en el contexto de los intensos esfuerzos de las autoridades por reformar la policía de Buenos Aires y limpiarla de corrupción. En 2016, 200 agentes de policía fueron detenidos por acusaciones de corrupción, y otros 3.300 fueron despedidos.
Que ambos ataques ocurrieran en horas del día —uno en su despacho y otro frente a los juzgados— es evidencia de una tendencia ascendente de mayor confianza por parte de los actores criminales. Estas redes ahora parecen tener la audacia suficiente para atacar abiertamente a funcionarios judiciales, a plena luz del día. En octubre de 2016, prendieron fuego a un juzgado federal de Buenos Aires que había llevado importantes casos de narcotráfico, y dejaron una amenaza, dirigida esta vez al gobernador de la provincia.
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Pero estos ataques a las autoridades judiciales también deben considerarse evidencia de que los cambios en las políticas contra el crimen organizado pueden estar logrando su objetivo y agitando, aunque sin desmantelar, algunas redes criminales.
Desde que el presidente Mauricio Macri subió al poder, el gobierno ha hecho énfasis en hacer frente al narcotráfico y la corrupción. Aunque, como ya lo ha señalado InSight Crime, algunas medidas que apuntan a la militarización de esta lucha son debatibles, la administración de Macri merece algo de crédito por su interés en erradicar la corrupción en su cuerpo de policía y en sus instituciones políticas.