Las principales autoridades de Trinidad y Tobago les han advertido a los legisladores que es probable que en esa6 isla del Caribe se presente un aumento en los delitos violentos, dado que las pandillas se están dividiendo y recuperándose de los efectos de la pandemia.

El organismo de inteligencia del país, la Agencia de Servicios Estratégicos (Strategic Services Agency, SSA), entregó al Parlamento su informe de seguridad 2021. Aunque los crímenes graves disminuyeron en 2021 debido a la pandemia de COVID-19, la evaluación de inteligencia señala que el país está registrando una nueva ola de delitos. La SSA también predice la división de las pandillas, lo que podría “llevar a un aumento de los asesinatos, lesiones, abaleos y otros crímenes violentos”.

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Los asesinatos con armas de fuego en las últimas semanas indican que la guerra de pandillas se ha reiniciado. El 10 de mayo, el presunto líder de una pandilla fue asesinado a tiros en Saint James, un distrito de la capital del país, Puerto España. Cuatro de los seis asesinatos durante la semana del 25 de abril se atribuyeron a la violencia de pandillas. Se sospecha que dos de los hombres abaleados pertenecían a las dos pandillas más grandes del país, Rasta City y The Muslims.

En 2021, Trinidad y Tobago registró 448 homicidios, un aumento con respecto a los 399 en 2020. Esta cifra, sin embargo, estuvo por debajo de los 539 asesinatos reportados en 2019.

Análisis de InSight Crime

Hay tres factores que permiten explicar el complejo panorama criminal y el aumento de la violencia en Trinidad y Tobago.

En primer lugar, parece que las pandillas se están dividiendo, y en este proceso se están volviendo más agresivas. En marzo de 2022, el ministro de Seguridad, Fitzgerald Hinds, dijo ante el Parlamento que el asesinato del líder de una pandilla en 2021 había generado “profundas ramificaciones en el hampa”.

Si bien Hinds no reveló el nombre del líder de la pandilla asesinado, probablemente se refería a Anthon Boney, el presunto cabecilla de The Muslims que fue asesinado a tiros en un coordinado ataque en septiembre de 2021. Boney conducía en una carretera de Puerto España cuando varios hombres armados vestidos con equipo táctico detuvieron su vehículo y le dispararon a corta distancia.

La muerte de Boney ha causado un conflicto interno entre The Muslims, una coalición de pandillas que cuenta con unos 600 miembros. Otras pandillas también han utilizado dicha conmoción para influir en las operaciones de Boney. En noviembre de 2021, los asesinatos en Trinidad y Tobago ascendieron a 69, el total mensual más alto desde al menos 2013.

“Estas nuevas pandillas podrían volverse más impulsivas a medida que intentan establecerse”, señala el informe de la SSA.

En segundo lugar, según el informe de SSA en 2021, las pandillas están obteniendo ganancias de otras actividades además de la extorsión y la venta de drogas. Debido a su poder en muchos barrios pobres, los cabecillas de las pandillas se presentan como líderes comunitarios, y se les han otorgado numerosos contratos para ejecutar obras públicas.

En el portafolio de las pandillas ahora se encuentran actividades como “canteras ilegales (minería de arena), conspiración de fraude, lavado de dinero, ventas en el mercado negro y reventa de moneda estadounidense, promoción de fiestas y eventos, robo organizado, robo de vehículos motorizados, tráfico de marihuana, falsificación, tráfico de personas y juegos de azar ilegales”, señala el informe.

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En tercer lugar, las pandillas tienen un creciente acceso a armas de fuego. En 2019, la SSA estimaba que en Trinidad y Tobago circulaban más de 8.000 armas ilegales.

El informe de la SSA señala a Estados Unidos y Venezuela como fuentes del contrabando de armas al país. Varios ciudadanos venezolanos han sido acusados de posesión de armas ilegales en Trinidad y Tobago. El personal corrupto de aduanas y puertos también ha estado implicado en el contrabando de armas.

La corrupción policial también parece ser un factor para que las armas regresen a las calles. El informe de la SSA señala que “las armas de fuego ilícitas que son incautadas por la policía a los criminales violentos están regresando a manos de pandilleros”.

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