Los traficantes de migrantes están dejando grandes grupos de haitianos y personas de otras nacionalidades abandonados a su suerte en inhóspitos islotes entre República Dominicana y Puerto Rico, un hecho que preocupa por la seguridad de migrantes indefensos a merced de traficantes de personas.

El último episodio se conoció el 15 de noviembre, cuando la Guardia Costera estadounidense rescató a 12 migrantes haitianos que habían sido abandonados en Cayo Monito, un diminuto islote deshabitado frente a isla de Mona, de mayor tamaño.

Este fue solo uno de varios rescates del mismo tipo en el Paso de Mona, un estrecho de 130 kilómetros que separa a República Dominicana y Puerto Rico, ocurridos en los últimos meses.

En octubre, las autoridades puertorriqueñas hallaron un grupo de más de 100 migrantes dejados en isla de Mona, el mayor islote de ese paso, y alertaron al Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP), según un comunicado de prensa difundido por el organismo.

El grupo estaba conformado por al menos 64 haitianos, que fueron engañados y abandonados en la isla despojados de sus recursos, informó el CBP.

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Y los viajes pueden terminar con la muerte. En julio, se halló a cinco haitianos muertos en el agua cerca de isla de Mona, y se encontró a otros 66 haitianos abandonados en la isla, según un comunicado de prensa de la Guardia Costera estadounidense. En mayo, 11 personas se ahogaron luego de que su lancha se volcara cuando pasaban por el canal, informó Reuters.

Las muertes y los casos de abandono seguramente aumentarán con el incremento de migrantes desesperados por salir de Haití. Entre octubre de 2021 y septiembre de 2022, 444 haitianos fueron puestos en custodia por la Guardia Costera estadounidenses en el paso de Mona, en comparación con solo 55 en total en los seis años anteriores. Otros 929 haitianos fueron aprehendidos en Puerto Rico y las islas Vírgenes estadounidenses por la Patrulla Fronteriza en el mismo periodo, lo que representa un incremento de solo 22 en el año fiscal de 2020 a 310 en el año fiscal de 2021, según cifras suministradas a InSight Crime por el CBP.

Aunque los grupos de migrantes más numerosos se han encontrado en isla de Mona, a lo largo de 2022 se encontraron también grupos de migrantes haitianos abandonas en otras dos islas de menor tamaño del paso, Monito y Desecheo.

Análisis de InSight Crime

La crisis política y económica en Haití ha empujado a muchos ciudadanos del país a embarcarse en peligrosas travesías, lo que da a los traficantes de personas un sinnúmero de oportunidades de sacar provecho de los migrantes.

El abandono de migrantes en el paso es una estrategia calculada por los traficantes de personas, según anota el agente de la patrulla fronteriza Michael Estrada del sector de Ramey. Históricamente, abandonar migrantes en islas más pequeñas como Mona, Monito o Desecheo buscando evitar la detección y minimizar la posibilidad de ser aprehendidos o enfrentar cualquier tipo de consecuencias legales”, explicó a InSight Crime.

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Estos traficantes no actúan solos, sino que hacen parte de grupos más grandes. “Nos enfrentamos a organizaciones criminales transnacionales (TCO) que tienen presencia en Haití y República Dominicana y cuya red se extiende incluso hasta Puerto Rico, las islas Vírgenes de Estados Unidos y los Estados Unidos continentales. Pero debido a la proximidad, nuestra mayor amenaza viene de República Dominicana”, comentó Estrada.

El riesgo de cruzar el Paso de Mona va más allá de la amenaza de abandono o engaño por parte de las redes de traficantes. El paso, denominado “el Canal de la Muerte» por el periodista Jorge Ramos, tiene una fama de condiciones azarosas y es especialmente peligroso para pequeñas lanchas improvisadas. Históricamente, el paso es ruta corriente de los migrantes dominicanos, pero también se han observado repuntes periódicos de haitianos. En 2013, la Guardia Costera aprehendió más de 2.200 migrantes haitianos mientras atravesaban el paso.

Y aunque se repatrió a muchos haitianos detenidos, varios grupos de defensa han expresado preocupación por el paradero y el bienestar de quienes permanecen en custodia de las autoridades estadounidenses.