Muchas víctimas, en especial habitantes de los países del Triángulo Norte —Guatemala, Honduras y El Salvador—, se sienten impotentes para responder a la extorsión. El miedo generado por las poderosas pandillas callejeras en las comunidades tiende a asegurar que una vez son amenazados, la mayoría de la gente paga, o entrega lo que se le pide.
Los gobiernos de toda la región también enfrentan problemas para desacelerar el crecimiento de esta industria criminal y, en muchos casos, sus respuestas han empeorado las situaciones.
Pero en toda la región se presentan excepciones a ambos fenómenos. En esta sección, describimos algunas de las formas como las comunidades y los estados han resistido o respondido a la extorsión en toda Centroamérica.
Capítulos
Administraciones municipales responden en barrios de Guatemala azotados por pandillas
La periferia de Ciudad de Guatemala se compone de barrios marginados, donde habitan millones de personas que se desplazan a trabajar en la capital. Estas llamadas “ciudades dormitorio”, durante mucho tiempo olvidadas por el estado y carentes de servicios básicos,…
Cómo el sector privado ayudó a contrarrestar la extorsión rural en El Salvador
La industria azucarera de El Salvador y la Policía Nacional Civil han logrado ponerle freno a la extorsión en el campo mediante una alianza público-privada que constituye una posible guía para los actores económicos rurales en toda la región.
Sector privado y policía antiextorsión en Honduras: ¿alianza perversa?
El sector privado en Honduras, bajo la bandera de las cámaras regionales de comercio, unió fuerzas con la unidad élite antiextorsión del país en lo que resultó ser una colaboración fructífera. Pero la cooperación entre empresarios y fuerzas de seguridad…