Izabal es uno de los centros de tránsito más importantes para el tráfico terrestre de cocaína de Honduras a Guatemala, y para la cocaína que llega por aire o agua desde Colombia y Venezuela.
La ubicación costera del departamento, y su proximidad con Honduras, Belice y México, hacen de este un sitio ideal para los grupos de trata de personas, en especial los involucrados en la esclavitud sexual. Izabal se encuentra además en una ruta importante para los migrantes que se dirigen hacia el norte atravesando Centroamérica.
Las deficiencias de seguridad en Santo Tomás de Castilla, su principal puerto comercial, facilitan las operaciones de tráfico en el departamento.

Actores criminales
Lorenzana: Los Lorenzana son uno de los clanes narcotraficantes tradicionales de Guatemala. Comenzaron en el vecino departamento de Zacapa, pero en las dos últimas décadas han extendido sus actividades criminales, el narcotráfico en particular, a varias poblaciones de Izabal. El patriarca del grupo, Waldemar Lorenzana, fue privado de la libertad en 2008 y luego nuevamente en 2011. Él y dos de sus hijos fueron extraditados posteriormente a Estados Unidos, en 2014 y 2015. Pese a la caída de sus cabezas, los demás hijos y parientes de Waldemar tomaron control del negocio, y el clan ha seguido siendo uno de los principales protagonistas del tráfico de narcóticos a lo largo de la frontera entre Guatemala y Honduras, con presencia continua en Izabal. Sin embargo, la influencia del clan ha menguado debido a los arrestos mencionados y al surgimiento de otros grupos narcotraficantes.
Mendoza: Asentados en el municipio de Morales, los Mendoza han capoteado una serie de capturas para mantener en operación las rutas de narcotráfico que entran a Izabal por medio de la porosa frontera con Honduras. La influencia del grupo se extiende al departamento de Petén, al norte de Guatemala, sede de varias rutas terrestres de tráfico con destino a México. En Morales, los Mendoza aún tienen capacidad de influencia en la política municipal y la policía. También tienen intereses en el comercio formal de la localidad.
Políticos corruptos: La fragmentación de los grupos narcotraficantes en Izabal ha llevado a la formación de grupos más pequeños, lo que ha ido acompañado del ascenso de actores políticos locales que buscan sacar provecho de los vacíos de poder y ejercer control sobre diferentes economías criminales.
Economías criminales
Tráfico de armas: el tráfico de armas de fuego en Izabal proviene del vecino Honduras, donde la demanda de armas ilícitas está impulsada en parte por la presencia de pandillas callejeras. También hay fuerte presencia de grupos narcotraficantes, que por lo general están bien armados. Esto indica la existencia de al menos un mercado negro moderado de armas de fuego en el departamento.
Cocaína: Izabal es uno de los puntos de tránsito de cocaína más importantes de Guatemala. En 2019, las autoridades decomisaron 6,9 toneladas de cocaína en el departamento, por valor de poco más de US$92 millones, según datos de precios y decomisos suministrados por la policía antinarcóticos de Guatemala. Considerando la fuerte presencia de grupos narcotraficantes en Izabal y la probabilidad de que por ese departamento pasen muchas más drogas que los decomisos declarados, el tráfico de cocaína parece ser una economía criminal muy lucrativa, que puede llegar a los cientos de millones de dólares.
Cannabis: la policía guatemalteca ha detectado pequeñas plantaciones de marihuana, sobre todo en las zonas montañosas del departamento, como Los Ángeles y Livingston. En su mayor parte, esta producción se destina al consumo local. En 2019, los decomisos de cannabis procesada y cultivos tenían un valor combinado de US$144.188, lo que indica una economía criminal relativamente modesta.
Delitos ambientales: parece haber un tráfico de madera mínimo en Izabal, dada la falta de decomisos denunciados.
Trata de personas: en Puerto Barrios, la trata de personas es una economía criminal moderada. Como ciudad portuaria y centro del crimen organizado, las casas de la capital del departamento alojan múltiples burdeles, donde algunas víctimas de trata son obligadas a ejercer la prostitución. Esto incluye a mujeres y niñas de Guatemala, El Salvador, Honduras y Venezuela, entre otros países. En otros casos, se obliga a menores indígenas a trabajar sin paga en restaurantes y tiendas de esquina en la venta de tortillas.
El tráfico de personas: en 2019, poco más de 1.000 migrantes guatemaltecos fueron devueltos de Estados Unidos a Izabal, lo que representa apenas un porcentaje de quienes hicieron el viaje migratorio. Dado el precio que vale contratar a un coyote de la zona (unos US$10.000), esta parece una economía criminal lucrativa, que alcanza los millones de dólares. Izabal une el oeste de Honduras con el departamento de Petén, en el extremo norte de Guatemala; esta es una ruta común para el tráfico de migrantes que pasan por Centroamérica, e impulsa aún más esta actividad ilícita. Las autoridades departamentales han detectado migrantes indocumentados del Caribe y Asia (China y Vietnam), muchos de los cuales llegan a Suramérica y cruzan Izabal de camino hacia Estados Unidos.
Recursos minerales: la extracción y venta ilícitas de jade han ganado fuerza en Izabal en los últimos años. También han ingresado al negocio algunos grupos dedicados tradicionalmente al narcotráfico. El principal mercado de jade se encuentra en Asia. En 2019, las autoridades incautaron 10 toneladas de jade en Izabal, por un valor estimado de US$10 millones, lo que es indicio de una economía criminal muy lucrativa, que llega a las decenas de millones de dólares. En diciembre de 2019, InSight Crime publicó grabaciones de audios que parecían mostrar que el exgobernador de Izabal, Erick Bosbelí Martínez, hablaba sobre la minería de jade, aunque Bosbelí ha negado cualquier relación con actividades de minería ilegal.
Extorsión: Izabal tiene una tasa relativamente alta de denuncias de casos de extorsión. Los conductores de autobuses son blanco regular de cobros extorsivos y amenazas de muerte. En años recientes, las redes de extorsión se han expandido en el departamento debido a la mayor sofisticación de las pandillas carcelarias y los flujos de migrantes, que han promovido la presencia de pandillas hondureñas y salvadoreñas en Puerto Barrios. La policía culpa a estas pandillas del incremento de la extorsión en el centro de la ciudad y de las muertes de nueve empleados del transporte público a finales de 2018 y principios de 2019, lo que llevó a bloqueos de vías en todo el departamento en protesta por la violencia.
Fuentes: Este perfil se realizó con base en dos viajes de campo a Izabal y en la investigación realizada en Ciudad de Guatemala, donde InSight Crime entrevistó a altos funcionarios del gobierno y el ejército, así como a jefes de policía, fuentes diplomáticas y de inteligencia especializadas en narcotráfico, un exfuncionario de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), exfiscales nacionales con experiencia en el trabajo en casos de drogas, funcionarios de aduanas y exempleados portuarios, líderes religiosos y periodistas locales, la mayoría de los cuales solicitaron que se mantuviera su anonimato. InSight Crime también utilizó una investigación del Ministerio Público sobre la minería de jade, además de información suministrada por la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito (ONUDD), la Subdirección General de Análisis de Información Antinarcótica (SGAIA), el Consejo Nacional de Seguridad de Guatemala, el Instituto Nacional de Estadística de Guatemala, la asociación civil Diálogos y la prensa local.