Las milicias armadas fijan precios exorbitantes por cilindros de gas y otros productos básicos en muchas favelas de Río de Janeiro, con la certeza de que a los residentes no les queda más remedio que pagar lo que se les pide.

El precio promedio de un cilindro de gas en las favelas controladas por las pandillas y las milicias armadas ronda los US$28, un 40 por ciento por encima de la tarifa promedio en el resto del estado, según el medio brasileño Globo. Los residentes que tratan de evitar los sobreprecios y adquirir gas a menor precio con otros proveedores legales corren el riesgo de sufrir violentas represalias.

«No puedes comprar gas en otro lugar. Solo puedes comprarles gas a las milicias», declaró un residente de una favela a Globo, y agregó que los cilindros que se compran a otros proveedores serían confiscados. «Eso si no te atacan porque en la favela está prohibido comprar gas de otro lado», comentó.

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Las milicias —redes de autodefensas creadas originalmente para enfrentar a las poderosas pandillas narcotraficantes de Río, con frecuencia están formadas por miembros retirados de las fuerzas de seguridad— no tardaron en degenerar en grupos criminales y se hicieron al control absoluto de una larga lista de servicios básicos en el estado. Además de los cilindros de gas, estos grupos estarían controlando la provisión de internet y televisión por cable, además de los sectores de construcción y transporte en muchas favelas de Río.

Como si fuera poco, las milicias han usurpado los territorios y economías criminales que antes manejaban las pandillas. Y según un estudio publicado en 2020 por el Foro Brasileño de Seguridad Pública, las milicias armadas han llegado a controlar la mitad de la zona de Río de Janeiro.

Análisis de InSight Crime

Por largo tiempo, las milicias han llenado un vacío en las favelas de Río, resultado de la ausencia del Estado, y han llegado a proveer servicios como electricidad, internet, agua e incluso televisión clandestina.

Pero mientras que servicios como el de televisión se han suministrado a menores precios, lo que permitió a las milicias ganarles mercado a los proveedores legales, estos grupos ahora están aprovechando su control monopólico en los territorios para elevar los precios de los cilindros de gas. Y sin otros proveedores, los residentes de muchas favelas de Río quedan a merced de estos grupos criminales.

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Además del control sobre productos básicos, las milicias de Río han implantado lucrativas redes extorsivas sobre negocios locales, estacionamientos y firmas de bienes raíces. Las milicias también participan en el expendio de drogas y el lavado de dinero; los grupos ostentan una amplia red de negocios legales usados para ocultar rentas ilícitas.

Las intervenciones estatales de mano dura han hecho poco para expulsar a estos grupos. Los operativos de las autoridades rara vez han entrado en zonas controladas por las milicias, y más bien han optado por incursionar en territorios controlados por las pandillas narcotraficantes.