El equipo de seguidores del líder del Cartel de Sinaloa en la cárcel, Joaquín “El Chapo” Guzmán, ha lanzado una campaña en los medios de comunicación en la que, pese al discurso sobre la vía rápida en el proceso de extradición del capo, el objetivo parece ser mejorar sus condiciones de reclusión en México, más que preparar el terreno para su llegada a Estados Unidos.
La campaña se concentra en sus condiciones de confinamiento en México. El viernes 4 de marzo, dos abogados del equipo legal y un grupo de seguidores de El Chapo protestaron en las afueras del Altiplano, el penal de máxima seguridad donde está recluido, alegando que el capo sufre de malos tratos, según Associated Press.
En una entrevista reciente el mes pasado con Telemundo, publicada en Los Angeles Times, la esposa de El Chapo, Emma Coronel Aispuro, denunció que su esposo está “siendo torturado lentamente” en el Altiplano, la misma cárcel federal de máxima seguridad de la que se fugó en julio de 2015. En alusión a los guardianes carcelarios, Coronel afirmó, “No lo dejan dormir. No tiene privacidad ni para ir al baño”.
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The Guardian publicó el 4 de marzo una entrevista con Rosa Isela Guzmán Ortiz, quien afirma ser la hija mayor de Guzmán, y ella también manifestó preocupación por la salud de El Chapo en la cárcel.
La campaña permanente se da en medio de contradicciones sobre la posible extradición de El Chapo. El mes pasado, José Refugio Rodríguez, abogado de la defensa de El Chapo, afirmó que Guzmán estaba preparado para “aceptar su culpabilidad por las acusaciones que pretende Estados Unidos”, siempre que Estados Unidos acceda a no recluirlo en una prisión de máxima seguridad.
Esta semana, uno de los abogados de Guzmán, José Luis González Meza, fue fotografiado usando un buso en el que se leía “¡¡¡Extradición Nunca!!!” y un retrato de Guzmán. González Meza también convocó a una huelga de hambre a favor de su cliente.
Análisis de InSight Crime
El Chapo busca influenciar al gobierno mexicano, no al de Estados Unidos. La extradición, entrevistas y protestas parecen ser sus mejores herramientas.
Renato Sales, comisionado de seguridad nacional de México, señaló que el objetivo del bombardeo mediático, incluyendo las entrevistas con Coronel y Guzmán Ortiz, así como el de las protestas del viernes, es “victimizar a este sujeto para desviar la atención”, según Associated Press.
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El gobierno mexicano, sin embargo, se muestra impasible. En defensa de las acusaciones por malos tratos en el Altiplano, Sales declaró, “No podemos olvidarnos de que Joaquín Guzmán Loera ha dañado profundamente a nuestra sociedad, sus acciones han causado la muerte de muchos mexicanos, ha envenenado a nuestros jóvenes y destruido familias enteras”.
Más aún, sobre la extradición por lo menos, El Chapo parece alardear de su disposición a comparecer ante la justicia de Estados Unidos más temprano que tarde. Muchos creen que hablaría abiertamente sobre sus relaciones con funcionarios y políticos del gobierno mexicano, si fuera extraditado. Pero sus abogados siguen presentando un interdicto tras otro en un esfuerzo por retrasar el proceso. Y las protestas parecen indicar que cree que estará en la prisión del Altiplano en México por el futuro predecible.
De ser extraditado a Estados Unidos, Guzmán puede enfrentar cargos de asesinato en Nueva York.