Jamaica ha aprobado una nueva y controversial legislación antipandillas, una ley que los miembros de la oposición temen podría criminalizar a amplios sectores de la vulnerable juventud, e incluso los partidarios de la ley han admitido que será de poca utilidad a menos que los políticos corten sus lazos con las pandillas.
Después de casi dos años de retrasos y un feroz debate político, la Cámara de Representantes de Jamaica aprobó finalmente el Acta de Justicia Penal (Supresión de Organizaciones Criminales) con el apoyo unánime de todos los partidos. El proyecto de ley ahora pasará al Senado el 21 de febrero.
La nueva legislación criminaliza una gran variedad de comportamientos relacionados con las pandillas, incluyendo ser miembro de ellas, facilitar las actividades criminales relacionadas con las pandillas, prestarles asesoría, y el reclutamiento de nuevos miembros.
La ley también establece nuevas penas para las mencionadas actividades de pandillas, estableciendo penas de hasta 20 años de prisión, de ser encontrados culpables por una Corte de Circuito.
Uno de los puntos más polémicos del proyecto de ley, que habría criminalizado los tatuajes y las marcas, los atuendos, los graffitis y las canciones que promovieran la vida de las pandillas, fue eliminado en los debates finales, informó el Jamaica Observer. Sin embargo, los partidarios de la ley están presionando para que una versión modificada de esta sección, sea agregada a la legislación que ya ha sido estipulada.
Análisis de InSight Crime
Jamaica es el país más violento del Caribe y uno de los más violentos de América. Una gran parte de los asesinatos están vinculados a las pandillas que, no sólo controlan las actividades criminales, sino que también en muchas zonas han reemplazado efectivamente al Estado como la principal autoridad.
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Pese a que la lucha contra las pandillas es una prioridad de seguridad para Jamaica, las experiencias sobre legislaciones de línea dura en otros países de la región, también plagados por pandillas, arrojan dudas sobre la efectividad del enfoque.
En países como El Salvador, la legislación de mano dura que penaliza pertenecer a pandillas y asociaciarse con ellas, ha logrado poco más que llenar las cárceles, ya sobrepobladas, con jóvenes, muchos de los cuales ni siquiera han sido juzgados. Sin embargo, en la cárcel se integran aún más a la vida de las pandillas, consolidando su influencia.
Estudios realizados por grupos de la sociedad civil ya han resaltado el riesgo de que ocurra algo similar en Jamaica, donde los jóvenes de las zonas desfavorecidas de la ciudad, que tienen casi inevitablemente algún nivel de contacto con las pandillas, serían muy vulnerables a la criminalización.
La situación se complica aún más debido a las conexiones políticas de las pandillas, que desde la independencia de Jamaica han sido utilizadas por los políticos para manipular votos y controlar zonas. En el debate sobre el proyecto de ley, incluso los promotores de la legislación destacaron cómo estos lazos deben ser cortados para que cualquier acción contra las pandillas logre tener éxito.