Los homicidios relacionados al crimen organizado en México se redujeron en los primeros siete meses de la nueva administración, según a varios conteos, aunque no está claro si esto es representativo de una tendencia más amplia.
Según cifras de la Secretaría de Gobernación (SEGOB), se registraron 869 homicidios “(…) relacionados a delitos federales (…)” entre el 1 y el 30 de junio, en comparación con los 955 homicidios en el mismo periodo de 2012, informó Animal Político –una reducción del nueve por ciento–. Junio fue el tercer mes consecutivo en el que el gobierno registró menos de 1.000 homicidios relacionados al crimen organizado, informó Excelsior.
En cuanto a los primeros siete meses del mandato del Presidente Enrique Peña Nieto, los homicidios relacionados al crimen organizado se redujeron oficialmente a 7.110 en comparación a los 8.631 registrados en el mismo período del año anterior, lo que representa una caída del 18 por ciento, según Animal Político. El Informador ubicó esta misma cifra en 6.165 y El Universal en 7.128, pero no es claro de dónde obtuvieron las cifras “oficiales” estos medios de comunicación.
Al desglosar las cifras de junio, la SEGOB afirmó que el 96 por ciento de los asesinados eran delincuentes “(…) presuntamente responsables de hechos ilícitos (…)”. La SEGOB también informó que 1.096 presuntos delincuentes fueron capturados durante el mes de junio.
Análisis de InSight Crime
Peña Nieto ha –al menos verbalmente– hecho de la reducción de la violencia y la prevención del crimen un elemento clave de su estrategia de seguridad, diferenciándose de su predecesor, quién se enfocó en atacar a los capos criminales. No obstante, la violencia preelectoral relacionada al crimen organizado este año, fue una mala publicidad para el presidente y dio lugar a acusaciones de que su partido estaba formando una vez más alianzas con el crimen organizado.
Como señaló el analista Alejandro Hope, las cifras de homicidios en México no son claras, por lo que es difícil analizar tendencias. Por un lado, la manera en la que el gobierno determina si un homicidio está “relacionado con el crimen organizado” se basa en interpretaciones subjetivas de factores tales como el tipo de arma utilizada. Además, la variación en las cifras publicadas por los diferentes organismos gubernamentales y fuentes independientes plantea dudas sobre la exactitud de los conteos, en particular en lo que tiene que ver con los homicidios “relacionados con el crimen organizado”.
Que el gobierno haya etiquetado a casi todas las víctimas de junio como criminales es algo típico tanto de la administración actual, como de la anterior, las cuales han sido criticadas por acusar rápidamente a las víctimas de tener vínculos con actividades ilegales, a pesar de que no investigan a fondo los homicidios.
El periódico Vanguardia escribió: “Nos parece triste y alarmante que (…) la autoridad condene a personas asesinadas, convirtiéndolas en delincuentes, sin que para esto ofrezca el mínimo de pruebas o argumentos (…)”, después de que uno de sus fotógrafos fuera acusado de tener vínculos con narcotraficantes, luego de que su cuerpo fuera encontrado descuartizado en la calle.