Una de las figuras más infames del hampa de El Salvador, y un enlace clave entre la pandilla MS13 y narcotraficantes, está listo para quedar libre, en lo que representa un golpe a los esfuerzos para poner fin a la impunidad que rodea a los criminales más poderosos del país.
Los abogados de José Misael Cisneros, alias “Medio Millón”, han solicitado su liberación ya que los fiscales no pudieron presentar una demanda en su contra desde que fue detenido hace más de dos años, violando la cantidad de tiempo que alguien puede ser detenido sin un juicio en El Salvador, informó El Mundo.
Cisneros ha estado enfrentado acusaciones de asociación ilícita por sus vínculos con la Fulton Locos Salvatruchos (FLS), una facción de la pandilla Mara Salvatrucha (MS13). Sin embargo, el caso contra él se derrumbó cuando los fiscales declararon que no tenían testigos para elaborar el caso.
Análisis de InSight Crime
Cisneros es una de las figuras más notables y singulares en el mundo del crimen organizado de El Salvador, y su liberación es un serio revés a los intentos por combatir tanto a la MS13, como a las organizaciones de tráfico de drogas y armas.
Aunque a menudo se le identifica como una figura destacada en la MS13, la evidencia en contra de Cisneros sugiere que es más una conexión entre la pandilla y otros jugadores del hampa, incluyendo al grupo de transporte de drogas y de lavado de dinero, el Cartel de Texis. Una de sus funciones principales con la MS13 parece haber sido como traficante de armas, aunque también tiene la reputación de ser un aliado de confianza de la jerarquía de la FLS.
Cisneros es también uno de los seis hombres vinculados a la MS13 en ser colocados en la lista de Ciudadanos Especialmente Designados del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, que lo describe como un importante traficante de drogas.
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Al igual que muchos de los más poderosos criminales de El Salvador, se cree que Cisneros disfrutó de la protección de contactos corruptos en las fuerzas de seguridad, lo que lo ayudó a evitar su captura en varias ocasiones hasta 2012.
Sin embargo, como ha demostrado el caso en numerosas ocasiones en El Salvador, la captura de dichos cabecillas del hampa es sólo la mitad de la batalla, y la impunidad de la que gozan a menudo se extiende hasta el proceso judicial.
Aunque los detalles precisos sobre la caída del caso contra Cisneros aún están por revelarse, cabe destacar que uno de los testigos clave en el caso desapareció el año pasado; un eco inquietante a las acusaciones previas de que él estaba detrás del asesinato de un hombre que había sido testigo de sus crímenes en Estados Unidos.