Un estudio que examina la historia de las redes criminales en la capital de Colombia, Bogotá, predijo que la pacificación de la ciudad continuará y que es poco probable que los niveles de homicidios alcancen nuevamente los picos observados a mediados de la década de los noventa.

El informe, publicado en enero por el centro de investigación con sede en Bogotá, Fundación Ideas para la Paz (FIP), llegó a la conclusión de que el estado, “esencialmente”, ha establecido el control de las zonas más violentas de la ciudad, tanto en el centro como en la periferia. Es poco probable que las tasas de homicidio aumenten significativamente en el futuro a menos que algún grupo externo de gran alcance, a la par del Cartel de Medellín, intente controlar el mundo criminal bogotano, según el informe.

(Nota: hasta 2012, la FIP fue la organización socia de InSight Crime).

Gran parte del informe expone la historia del crimen organizado en Bogotá, remontándose a los años ochenta y noventa, cuando decenas de barrios controlados por las milicias guerrilleras, como el Ejército de Liberación Nacional (ELN), las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el M-19. Varias de las redes criminales en la ciudad fueron controladas por el Cartel de Medellín, que se alió con un poderoso bloque de comerciantes de esmeraldas.

El año más violento de la ciudad registrado fue 1993, con cerca de 81 homicidios por cada 100.000 habitantes. Desde entonces, los homicidios han ido disminuyendo, excepto en unos años clave que vieron un aumento en la violencia. Uno de estos periodos fue entre 2004 y 2005, cuando dos bloques rivales paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) se pelearon entre sí. La tasa de homicidios en Bogotá actualmente es de 16 por cada 100.000 habitantes.

El informe luego desglosa las dinámicas criminales barrio por barrio, teniendo en cuenta que el centro de la ciudad ha sido tradicionalmente controlado por grupos paramilitares y narcotraficantes, y que los delitos más frecuentes son el hurto y el robo de coches. Los barrios periféricos, otrora controlados por milicias guerrilleras, sufren más la violencia relacionada con el microtráfico y la derivada de las rivalidades entre pandillas locales.

Los años más violentos en Bogotá coinciden con períodos en los que las armas de fuego fueron utilizadas para cometer la mayoría de los homicidios, señala el informe. Durante los primeros once meses de 2012, los homicidios cayeron un 22 por ciento, dando a Bogotá uno de sus años más pacíficos en tres décadas, una mejora que algunos atribuyen a la prohibición temporal a las armas de fuego aprobada por la alcaldía.

Análisis de InSight Crime

Si bien es improbable que las tasas de homicidios de Bogotá vuelvan a los mismos niveles de los noventa, las ganancias de la ciudad, en términos de seguridad, aún no han sido consolidadas. Las rivalidades por la distribución local de drogas aún tienen un importante potencial para causar violencia, como se vio a lo largo de enero, cuando cinco presuntos miembros de una banda callejera fueron asesinados a tiros, la primera vez en seis años que cinco personas mueren en un sólo acto, según la FIP.

Otra cuestión es si los esfuerzos de la fuerza pública para romper las redes de microtráfico tradicionales podrían llevar a más violencia. El año pasado, la policía llevó a cabo acciones para la limpieza del epicentro tradicional de microtráfico en Bogotá, una zona conocida como El Bronx, el cual está lleno de casas de crack y puntos de distribución de drogas. Si la fuerza pública en Bogotá sigue atacando los centros neurálgicos del tráfico de drogas, esto podría causar una mayor incertidumbre en el mundo criminal si los centros de distribución de drogas se trasladan a diferentes partes de la ciudad, en vez de estar concentrados en un sólo lugar.

A pesar de la incertidumbre, la seguridad en general está mejorando en la caótica capital colombiana. La policía dice que los robos se han reducido hasta en un 30 por ciento. Eso no quiere decir que Bogotá aún no tenga serios problemas con la delincuencia común. Las estadísticas policiales señalan que en promedio, una motocicleta es reportada como robado cada cinco horas, mientras que el informe de policía judicial de Bogotá establece que durante el primer semestre de 2012, 1.165 teléfonos celulares fueron denunciados como robados.

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5 respuestas a “Reporte: los Homicidios Seguirán Disminuyendo en Bogotá”