Un número récord de laboratorios de droga han sido desmantelados en la región fronteriza entre Venezuela y Colombia, lo que sugiere que las organizaciones criminales colombianas cada vez más están utilizando su políticamente inestable vecino para procesar y mover cocaína.
Según El Nacional, los 43 laboratorios de droga descubiertos en el país en 2013 representan un aumento del 79 por ciento frente a los 24 descubiertos el año anterior. En lo que va de este año, 10 laboratorios han sido descubiertos, con los 53 laboratorios desmantelados desde comienzos de 2013 siendo encontrados en el estado fronterizo de Zulia.
Según el coronel retirado Jairo Coronel Figuera, anteriormente encargado del programa antidrogas de la Guardia Nacional de Venezuela, Zulia es un lugar importante para el procesamiento de cocaína debido a que las hojas de coca pueden moverse fácilmente desde las cercanas regiones colombianas de Norte de Santander y Cesar, con químicos para el procesamiento proviniendo de ciudades venezolanas.
Los laboratorios recientemente desmantelados son mucho más sofisticados que los descubiertos previamente, que eran en su mayoría galpones para procesar y almacenar pasta de coca no refinada. Milded Camero, expresidente de la Comisión Nacional contra el Uso Ilícito de Drogas (Conacuid) de Venezuela, dijo a El Nacional que los nuevos laboratorios están procesando clorhidrato de cocaína, o polvo de cocaína totalmente refinado.
Análisis de InSight Crime
La gran cantidad de laboratorios de cocaína que han sido descubiertos dentro de las fronteras venezolanas sugiere que los traficantes de droga pueden estar tomando ventaja de la creciente inestabilidad política del país. Con las protestas y los disturbios que se han presentado en las principales ciudades captando la atención de las fuerzas de seguridad, la capacidad del gobierno para monitorear efectivamente las áreas remotas probablemente ha sido insuficiente.
Las fuerzas guerrilleras colombianas y las organizaciones criminales como BACRIM (de “bandas criminales”) han mantenido durante mucho tiempo su presencia en la región fronteriza con Venezuela. Pero ahora parece que sus actividades están creciendo frente a la presencia de una seguridad corrupta e inadecuada, incapaz de abordar la situación – en contraste con las relativamente bien equipadas y efectivas fuerzas de seguridad.
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Venezuela también es una ruta clave para el tráfico de cocaína que se mueve hacia Centroamérica y África Occidental, así que trasladar la producción a sus fronteras acerca al producto a sus puntos de exportación. Aunque las operaciones para desmantelar los laboratorios muestran que Venezuela está alcanzado algún nivel de vigilancia, el incremento en el número de instalaciones sugiere que las estrategias de control fronterizo del presidente Nicolás Maduro –incluyendo una fuerza multi-agencia compuesta por civiles y actores estatales– no están abordado la situación de manera efectiva.