El 7 de julio de 2021, un equipo de mercenarios invadió la casa del presidente de Haití, Jovenel Moïse, y lo mató a tiros. El país ya era inestable tras una serie de desastres naturales combinados con años de agitación política, económica y criminal. Pero el asesinato del presidente lo llevó hacia nuevas profundidades de crisis caracterizadas por una violencia cada vez mayor.

Hoy, los haitianos enfrentan violencia física y sistémica en casi todas sus manifestaciones, y detrás de gran parte de esa violencia hay grupos criminales que han ido creciendo en poder y brutalidad. A continuación, InSight Crime narra las diversas formas que adopta esta violencia.

Guerra de pandillas

Las guerras territoriales entre grupos criminales como 400 Mawozo y G9 y Familia (G9 an fanmi, G9) han dejado a miles de personas en el fuego cruzado.

Violencia de pandillas en Haití

En este mapa, cada círculo representa un acto violento cometido por una pandilla. Si hubo muertes, el círculo es mayor según el número de vidas perdidas. Haga clic en los círculos para obtener más detalles sobre cada evento.


A medida que las pandillas han acumulado poder, sus ambiciones han aumentado, a la par que las atrocidades. El 18 de septiembre, Jimmy Chérizier, alias “Barbecue“, líder de la pandilla G9 y uno de los líderes criminales más tristemente célebres de Haití, declaró sus intenciones de apoderarse del país.

Según Gédéon Jean, director ejecutivo del Centro de Análisis e Investigación en Derechos Humanos (CARDH), la declaración de Barbecue es incendiaria, pero no representa una amenaza real, al menos por ahora.

“Por el momento, una toma por parte de los delincuentes es imposible”, dijo Jean. “A las pandillas les interesan los delitos principalmente desde una perspectiva económica”.

Sin embargo, esa búsqueda de réditos ha sido uno de los principales motores de la violencia en el país.

Homicidios

Entre 2019 y 2022, los homicidios en Haití prácticamente se duplicaron.

Gran parte de los asesinatos se concentran en las zonas más subdesarrolladas de Haití, como el barrio Cité Soleil en Puerto Príncipe, según datos del Proyecto de Datos de Eventos y Ubicación de Conflictos Armados (Armed Conflict Location & Event Data Project, ACLED). Pero en los últimos meses, la violencia se ha ido expandiendo.

“Había comunas como Cité Soleil donde se sabía de masacres en el pasado, pero hemos visto un aumento de la violencia en otras comunas, como Petionville”, le dijo a InSight Crime la experta Sandra Pellegrini, especialista regional de ACLED para América Latina.

Asesinatos de pandillas en Haití

Este mapa muestra los asesinatos de pandillas en Haití. Cada círculo representa un incidente diferente. El tamaño del círculo corresponde al número de vidas perdidas. Haga clic en los círculos para obtener más detalles sobre cada evento.


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Secuestros

Los secuestros, utilizados durante mucho tiempo por las pandillas para obtener rescates y ejercer influencia política, han aumentado constantemente durante los últimos cuatro años, y se incrementaron tras el asesinato de Moïse, según datos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD).

Con frecuencia, las pandillas se han aliado con los políticos haitianos, de quienes han recibido pagos por la cooperación y la movilización de votos durante las elecciones. Pero en Haití no se han realizado elecciones desde 2019, lo que ha llevado a las pandillas a recurrir a los secuestros extorsivos para suplir los vacíos económicos.

Casos recientes han demostrado que los secuestradores están dispuestos a apuntar a personas de alto perfil y exigir altos rescates por su regreso. El 18 de octubre, el Secretario General del Alto Consejo de Transición de Haití, Anthony Virginie Saint-Pierre, fue secuestrado en Puerto Príncipe por hombres vestidos de policía. Los medios locales informaron que los secuestradores exigen 2 millones de dólares por la libertad de Saint-Pierre.

Violencia sexual

Para controlar sus territorios, las pandillas haitianas aterrorizan a las comunidades locales, utilizando la violación sistemática de mujeres y niñas como arma de guerra, como señala Naciones Unidas.

El G9, por ejemplo, ha utilizado la violación para castigar a las mujeres que viven en zonas controladas por pandillas rivales. Un terrible caso se presentó en abril de este año, cuando miembros del G9 violaron a 49 mujeres en Cité Soleil. Las mujeres se encontraban huyendo de la violencia en un barrio controlado por otra pandilla, según un informe de la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (BINUH).

“Tenemos una clínica que atiende a víctimas de violencia sexual. En Puerto Príncipe, hay un promedio de 400 casos nuevos cada mes”, dijo un empleado de Médicos Sin Fronteras que habló con InSight Crime bajo condición de anonimato.

Sin embargo, es probable que cualquier dato sobre la violencia sexual y de género sea insuficiente. Incluso en circunstancias menos caóticas, este tipo de violencia no se suele denunciar, y los informes hospitalarios solo dan cuenta de los casos en los que el tratamiento médico fue buscado por la víctima y se encontraba disponible.

En Haití, la violencia generalizada y el caos concomitante dificultan aún más la recopilación precisa de datos sobre la violencia de género y sexual.

“Por lo general, la violencia sexual no se denuncia debido a la impunidad y al miedo a las represalias”, afirma Pellegrini, la experta de ACLED.

Desplazamiento

Como resultado de toda esta violencia, muchas personas han huido de sus hogares.

El número de desplazados internos debido al conflicto en Haití aumentó un 430% entre 2021 y 2022, el mayor aumento que se haya experimentado en América Latina desde que se comenzaron a recopilar datos en 2018.

En Haití, 106.000 personas fueron desplazadas en 2022, más que en países más poblados como México y Brasil, donde operan grandes grupos criminales.

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Escuelas atacadas

Dado que la violencia de pandillas causa desplazamientos masivos en Haití, muchas personas buscan refugio en las escuelas, como refugiados en su propio país. Pero cuando comenzó el año escolar en Haití el mes pasado, muchos niños no pudieron regresar a sus clases.

Las pandillas también han atacado los colegios, robando equipos, muebles y comida. De acuerdo con UNICEF, 72 escuelas fueron objetivos en los primeros cuatro meses del año escolar del 2022 comparado con ocho en 2021.

Pero ningún lugar es seguro.

“Recibimos niños con heridas de bala. Hay niños que ven que sus casas son quemadas o saqueadas, que ven cómo violan a sus familiares. Así que están siendo testigos de un nivel de violencia que es realmente impensable. Creo que es difícil imaginar el nivel de violencia que está presenciando esta generación de niños”, le dijo el empleado de Médicos Sin Fronteras a InSight Crime.

Aumento del hambre

Haití depende de las importaciones para el 50% de sus alimentos y el 83% de su arroz, según el Programa Mundial de Alimentos. A medida que las pandillas se apoderan de las zonas, bloquean los envíos de alimentos o cobran impuestos. Además, las interrupciones en el riego y los ataques a las zonas agrícolas de Haití están llevando a más y más personas a la hambruna.

Haitianos que viven en niveles críticos de hambre o peores

La Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (CIF) define cinco etapas del hambre: 1) Mínimo/Ninguno 2) Límite 3) Crisis 4) Emergencia 5) Catástrofe/Hambruna. En cada distrito, al menos una cuarta parte de la población se encuentra en la Fase 3 (nivel crítico) o peor. En 11 distritos, la mayoría de la población se encuentra en situación crítica de hambre


El hambre se había estabilizado antes del asesinato de Moïse, pero posteriormente se ha acelerado. Un análisis de la Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria estima que 1.807.955 haitianos, casi una quinta parte de la población, están experimentando hambre en niveles de emergencia.

Impedimentos para la atención médica

Los bloqueos de las pandillas han causado escasez de suministros médicos. Y muchos médicos y pacientes, temiendo por sus vidas, han abandonado hospitales y clínicas, como ocurrió en el Carrefour-Feuilles de Puerto Príncipe.

El 6 de julio, por ejemplo, hombres armados irrumpieron en el hospital de Médicos Sin Fronteras en Puerto Príncipe, lo que provocó el cierre temporal del establecimiento. Los problemas de seguridad obligaron a la organización a cerrar temporalmente varios hospitales y a cerrar de manera permanente su centro de emergencias en Martissant.

La falta de atención médica en medio de la violencia generalizada es preocupante por sí sola, pero Haití está atravesando actualmente por una crisis de cólera, que está casi ausente en el resto de América Latina y el Caribe.

Tras el devastador terremoto en 2010, un campamento de las Naciones Unidas fue responsable de contaminar un río, lo que provocó un brote de cólera en el que murieron unas 30.000 personas. Después de pasar tres años sin un caso de cólera, los casos comenzaron a aumentar nuevamente en 2022. La Organización Mundial de la Salud estima que ha habido casi 60.000 casos de la enfermedad desde que reapareció el año pasado, y los niños pequeños son los más afectados.